Pan Gu. Creador del universo y vencedor del Caos original

Muchos son los mitos que envuelven más de 5000 años de cultura china, sin embargo, los más antiguos todavía siguen vigentes, aquellos sobre el origen del universo, los orígenes humanos, la creatividad cultural y las guerras tribales.

Una historia que todo padre le ha contado a su niño es que el universo fue creado por Pan Gu conocido como el “Dios de la Creación”.

El creador del mundo fue Pan Gu, el cual se creó así mismo teniendo forma de un huevo de gallina. 

Según los relatos de la creación las partes de dicho huevo se separaron, por una parte la yema que simboliza el yin “sombra u oscuridad” y por otra parte la clara que viene a ser el yang “sol o luz”. El yin y el yang a su vez representan  la Tierra y el Cielo, así como también el movimiento de la armonía, del equilibro y del orden cósmico.

Mucho tiempo antes que fuera creado, el universo no tenía forma y el cielo y la tierra no existían. No hubo izquierda ni derecha, no hubo arriba ni abajo, ni hubo el este, el sur, el oeste ni el norte. Era como un “huevo primordial” en el cual no había luz, ni sonido, ni movimiento. En el huevo universal yacía un ser dormido llamado Pan Gu. 

Pan Gu , separó el cielo de la tierra. Concebido 18 mil años en el huevo, Pan Gu se despertó finalmente de su sueño profundo. Abrió los ojos y sintió la oscuridad, además de mucho calor. Quiso ponerse de pie, pero la cáscara de huevo le envolvía fuertemente, su cuerpo que no podía relajarse ni las manos y los pies. Pan Guse enfadó, tomó una hacha innata y se esforzó por blandirla. Después sólo se oyó un ruido atronador. El gran huevo se rajó súbitamente.

El puro, liviano y claro “ Qi yang” se levantó y formó el cielo azul. Por otro lado,  el denso, pesado y turbio “Qi yin” se hundió y formó la expansiva tierra. Desde entonces, el universo tuvo cielo y tierra.

Pan Gu y la creación del mundo · 盘古开天辟地  Pán Gǔ kāi tiān pì dì 

 

Pan Gu se puso de pie entre el cielo y la tierra. Desde entonces día a día el cielo era más alto y la tierra estaba más abajo y se volvía más pesada y densa. De esta forma, Pan Gu se volvió cada vez más alto. Tomó otros dieciocho mil años para que el cielo dejara de subir y la tierra de bajar, por consiguiente,  Pan Gu se volvió un gigante, para sostener el cielo y la tierra y de esta forma, el universo permanecía en un estado perfecto de orden y armonía.

 

Pan Gu, separó el cielo de la tierra y se puso muy alegre. Preocupado de que se volvieran a unir el cielo y la tierra soportaba con la cabeza el cielo y pisaba con los pies la tierra, se transformaba nueve veces cada día: Ya como Dios en el Cielo o Santo en la Tierra. Cada día el cielo se elevaba 3,3 metros y la Tierra se espesaba otro tanto. Así fue durante dieciocho mil años. Entonces el Cielo alcanzó su altitud infinita, la Tierra su profundidad absoluta y Pan Gu su extensión total. Pan Gu había llegado a ser un coloso de espíritu indomable y tenía una estatura de 45 mil kilómetros el cielo y la tierra se establecieron por fin y no se unirían nunca jamás “..permitiendo así el espacio intermedio llamado vida”.
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Los seres vivos empezaron con Pan Gu “el antepasado de los diez mil seres”. No obstante, este héroe quien separó el cielo de la tierra estaba muy agotado y no tenía fuerza para soportar a sí mismo. Su gigantesco cuerpo cayó a la tierra estruendosamente.

Sin embargo Pan Gu, era el único hombre entre el cielo y la tierra. Su estado emocional podía cambiar el universo. Cuando estaba complacido, el cielo se encontraba despejado y cuando estaba enojado, el clima era sombrío. Su llanto traería lluvia y su suspiro fuertes vientos. Al pestañear, el cielo relampagueaba y si roncaba los truenos rugían.
 

Viendo que el cielo y la tierra estaban bien formados y establecidos, Pan Gu murió. Su cabeza se convirtió en un gran pico sagrado, sus miembros se convirtieron en montañas, su sangre dio origen a los ríos y los lagos, sus músculos formaron los campos y las tierras fértiles y su piel y pelo se convirtieron en miríadas de plantas, hierbas y vegetales.  Su pelo y la barba, se convirtieron en estrellas brillantes. Sus manos y pies dieron principio a los cuatro puntos cardinales y a las montañas altas.

 

Sus tendones, se transformaron en caminos y sus cabellos, se transformaron en árboles y otros vegetales. Sus dientes y sus huesos, se transmutaron en oro, plata, bronce, hierro, jade y reservas minerales. El aire que él exhaló, formó el viento y las nubes. El sonido de su voz,  llegó a ser el rugido de truenos. Su ojo izquierdo se convirtió en el sol y el ojo derecho se convirtió en la luna, su sudor, se transformó en el rocío dulce de la mañana y la nutritiva lluvia. Y por último las pulgas que vivían en su cuerpo se convirtieron en la humanidad. Usando su cuerpo Pan Gu creó un mundo prodigo y hermoso.